Una de las catedrales más altas de Francia (42 m debajo de las bóvedas). Su colección de vidrieras (siglos XIII a XXI) es la más importante de Europa (6.500 m²). Estas vidrieras llevan las firmas de artistas como Valentin Bousch, Marc Chagall, Jacques Villon, Roger Bissière y, más recientemente, Kimsooja.
El arquitecto japonés Shigeru Ban (Pritzker 2014) y su socio francés Jean de Gastines lo han imaginado cubierto por un sombrero chino. El Centro Pompidou-Metz es un centro expositivo de arte contemporáneo, en el que se suceden exposiciones, exhibiciones, conferencias y recepciones.
Situado en la colina Sainte-Croix, cuna de la ciudad, el museo está situado en una serie de edificios de diversas épocas: termas romanas, palacetes medievales, abadía del siglo XVIII. En este Museo de la Arquitectura se exhibe una colección de arqueología galorromana, arte medieval y bellas artes.
La estación de ferrocarril de Metz es un imponente edificio de estilo neorrománico construido durante la anexión alemana. Elegido en varias ocasiones la estación de ferrocarril más bonita de Francia, el edificio ofrece espacios de espera decorados con preciosos frisos y bajorrelieves estilizados.
El Opera-Teatro (1738 - 1752), lo más antigua de Francia en activo y el palacio de l’Intendance (actual Prefectura) eran los únicos edificios en la isla durante el siglo XVIII. En 1904 se construyó el Temple Neuf en el Jardin d’Amour, en la punta occidental de la isla.
Denominada la Place de Change durante la Edad Media, en el siglo XVIII recibió el nombre actual de Place Saint-Louis. Aquí se celebraban las ferias, los mercados y los misterios de la ciudad medieval. Con sus arcadas, sus tejados bajos y el brillo dorado de la piedra de Jaumont, es uno de los lugares preferidos de los habitantes de Metz.
En la Porte des Allemands, una auténtica fortaleza real situada en la entrada oriental de Metz, se celebran en la actualidad exposiciones. Un paseo acondicionado a lo largo de la muralla permite descubrir las orillas de los ríos Seille y Mosela. Este paseo es la mejor manera de descubrir el patrimonio histórico mientras que se disfruta de la naturaleza. El Chemin des Corporations ofrece un viaje al pasado, con las torres de la muralla, que llevan nombres de oficios de antaño…
La iglesia de Saint-Pierre-aux-Nonnains, del siglo IV, es una de las iglesias más antiguas de Francia. Originalmente fue una piscina de las termas romanos del siglo IV, que fue convertida en abadía benedictina en la Edad Media. No lejos, nos encontramos con la Chapelle des Templiers (Capilla de los Templarios), construida hacia finales del siglo XII.
Construido en el siglo XIX para almacenar municiones, el edificio fue rehabilitado por el arquitecto Ricardo Bofill en 1989. En la actualidad, alberga una sala de conciertos de 1300 plazas, calificada por Mstilav Rostropovich como la «mejor acústica de Francia» durante su inauguración.
Con sus 625 ha de vegetación, Metz es una de las ciudades más verdes de Francia. Su Plan d’Eau es un estanque artificial construido en los años setenta y constituye uno de los paseos más populares de los habitantes de Metz, a quienes les encanta reunirse en familia o con los amigos para hacer deporte, hacer picnic, navegar o simplemente relajarse…
Robert Schuman vivió en el pueblecito de Scy-Chazelles, situado a tan solo 5 km de Metz. Sede del Conseil Départemental de la Moselle, la casa de Robert Schuman acoge el Centro Europeo también denominado Maison de l’Europe.
Inaugurado en el año 2014, el museo es el único dedicado íntegramente a la historia de la guerra de 1870 y de la anexión de Alsacia y parte de la Lorena al Imperio alemán (1871-1918). Este museo aborda desde un nuevo ángulo las cuestiones planteadas por este conflicto: la unidad alemana, la vida durante la anexión, las tensiones antes de la Primera Guerra Mundial, etc.
Inscrito en la lista de monumentos históricos en 1840, el acueducto romano de Ars-sur-Moselle es una construcción del siglo II, testigo de la importancia que Divodurum, la actual Metz, tenía en época romana. Sus 17 arcos son una pequeña parte restante de una estructura que originalmente tenía 1,2 km de longitud.
Situado en una finca arbolada orientada hacia el valle del Mosela, el entorno natural del Château de Courcelles hacía de él una residencia especialmente agradable. Situado al fondo de un jardín, el Château de Courcelles abre ahora sus puertas al patrimonio, al arte y a diversos eventos.
Disfruta de un momento de evasión y de tranquilidad visitando sus 15 ha de jardines. ¡Recorre sus 22 jardines temáticos y aprovecha sus cursos de jardinería, los menús de temporada y sus fantásticos eventos! Descubre a la vuelta de sus senderos los aromas, las frutas y las obras de arte.